Entonces decidí que no iban a ser unos novios vestidos de novios, para eso ya estaba el día de la boda, que por cierto, estaban guapísimos.
Tenían que ser unos fofuchos que representaran aquello que los unió:
LA MÚSICA DEL TAMBOR.
Esta es la caja del novio, de la Cofradía del Santo Cristo de la Esperanza.
Este, el tambor de la novia, de la Cofradía del Santo Cáliz.
Os presento al novio, un músico genial.
Esta es la novia, la simpatía personificada.
Juntos forman una bonita pareja.
¡Enhorabuena, os merecéis lo mejor!
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